Los Clichés

“¡¿Pero a ti que te pasa?! ¡¿Te encanta ese papel que te has inventado de, “soltero impermeable al amor que no necesita a nadie.. ¿verdad?! ¡Por favor! ¡Eres un cliché!” Y se alejó, tal cual, sin darme tiempo a contestar y sin tirarme la copa de vino, menos mal, porque entonces habría sido un cliché totalmente.

Días después me encuentro en mi cafetería favorita, tomando un cafe, escuchando música en mi ipod y escribiendo este post.

Pero no dejan de rebotar en mi mente esas palabras. ¿Seré un cliché? Y en caso de serlo, ¿porque no me he dado cuenta? Yo soy un experto en descubrir clichés, simplemente miro a mi alrededor y ahí están...

En cada mesa hay uno distinto y fácil de identificar si te fijas en los detalles. No me hace falta bajar el volumen del ipod para detectarlos. Mira a aquella chica, con gafas, la de los ojos tristes, coge la mano de su amiga, que cuenta algo con movimientos exagerados que incluyen golpes, esta contando alguno de sus problemas, mira como acaricia su mano, mira sus labios, esta susurrando palabras de animo, es una “escuchadora”, pero observa ahora, mira cuando su amiga baja la cabeza, observa su mirada como cae, la puedes leer, solo se hace una pregunta “Yo os escucho a todos, pero, ¿Quien me escuchara a mi?”

Cambiemos de mesa, mira a aquel chico, tan seguro de si mismo, mira como se inclina hacia el otro chico, mientras este rehuye el contacto, le esta diciendo que no puede haber nada entre ellos. Miralo el es alto, guapo, con una sonrisa perfecta. Un “gígolo”. ¿Como va a estar con alguien como el otro? Alguien mas bajito, no tan agraciado, seguramente es simpático, pero eso no es suficiente ¿Verdad? Pero mira ahora, mientras el otro chico hunde la cabeza, mira al “gígolo”, ¿Ves como se muerde el labio levemente? ¿Como desvía la mirada hacia la calle?” Se esta dando cuenta de que esta dejando escapar a otra persona estupenda, seguramente porque alguien le ha dicho que no es suficiente para el, al principio era divertido, pero ahora empieza a pensar que ha caído en una espiral de la que no puede salir.

Miremos ahora aquel grupo, mira al que esta en el centro, todos ríen con el, es un “líder”. Mira como uno por uno se inclinan ante el, y le cuentan algo, el escucha atento, agita la cabeza y da una explicación con las manos hacia su interlocutor, le esta dando la solución a un problema. Mira como se lo agradece, seguro que lleva razón. Pero su mirada divaga ahora, probablemente esta pensando, “Si yo soluciono vuestros problemas... ¿Como podréis ayudarme con los míos?”

Sigamos con aquella otra mesa. ¿Ves a la chica del extremo? Mira como ríe. Hace los mejores chistes, tiene las mejores anécdotas, todos la adoran. Es “el alma de la fiesta”. Alguien le hace una pregunta, estoy seguro que le esta preguntando como puede ser tan alegre. Mira su respuesta, saca a relucir esa gigantesca sonrisa, ladea la cabeza, se encoge de hombros y con las palmas de las manos hacia arriba, dice, “¡La vida ya es demasiado triste! Yo no voy a hacerla mas triste” Todos la admiran, pero mira ahora, cuando su mirada se dirige al suelo. En su interior solo puede pensar “Si es esto lo que esperáis de mi... ¿como voy a hacer otra cosa?”

Ahhh, mira a esos dos, el de la izquierda le esta contando sus ultimas conquistas, le dice que era estupendo y mas cosas, pero que no era el hombre perfecto. Mira al otro, esta alicaído, mira la mesa y mueve sin ganas el cafe que no ha tocado. Es el “desesperanzado”. Esta pensando “Era perfecto, y lo dejaste marchar, si yo tuviese solo la mitad de suerte que tu...” el otro lo saca de su ensoñación y le pregunta que le ocurre. Esboza una sonrisa forzada, agita la cabeza y le dice “no te preocupes, es solo cansancio” Suficiente para convencer al otro, que prosigue su historia...

Pasemos ahora a... “¿Quieres otro cafe, o te pongo un whisky doble?” Me quito los cascos, sonrío al camarero “¿Perdona?. Me devuelve la sonrisa “¿te pongo otro cafe o prefieres un whisky doble, solo, con hielo? Lo digo para completar ese look de escritor atormentado que llevas.”

Y lo comprendo todo, quizás si soy un cliché después de todo, quizás si estoy encasillado como “soltero al que le resbala el amor”, quizás no, pero tengo que comprobarlo. Bajo la tapa del portátil, recojo mis cosas, me levanto y me dirijo al camarero. “No, gracias, tengo que... tengo que... conocer a alguien.” Veo la expresión extrañada del camarero, pero no me importa. Sonrío, me pongo mis gafas de sol y salgo a la calle. Hoy es un gran día para desmontar clichés...


JuanmaX

XOXO